A LA BUENA DE DIOS
Por
Sandra Paul.
Se
suele decir que tener suerte es estar en el lugar adecuado en el
momento oportuno. Pero también puede pasar que estemos en el lugar y
el momento equivocado, y que nos encontremos ante algo que termina
siendo una conjunción de casualidades nefastas. Es el caso de estas
tres hermanas, perdidas en una ruta en el medio de la nada y de la
noche, al borde de un precipicio en la Quebrada de Belén, Catamarca,
con su Citroen sin combustible. Allí se encuentran con Juan, un
periodista herido, que viene escapando de la policía.
Quedaron
varadas "a la buena de Dios" pero esto no debería ser algo
malo, reflexiona una de ellas con su fe a mano, sin embargo, parece
que a veces Dios está distraído, especialmente si corren los años
setenta, en un contexto de conflicto social y político muy agitado y
confuso en todo el país.
Es
apropiado el cambio de roles de la puesta, donde los hombres encarnan
personajes femeninos y viceversa. Ello aligera la
tensión de un texto que torna drásticamente de la comedia hacia la
tragedia y también genera un distanciamiento de los
personajes en relación a la iniquidad de los hechos que trasciende
los géneros.
Este
intercambio no podría llevarse a cabo con éxito si no contara con
el excelente trabajo de los actores y actrices convocados.
Estela
es la hermana menor, rebelde y soñadora; Sofía, es la del medio,
obediente y miedosa; y Amalia, la mayor, la que ordena y reza,
interpretadas por Guido Botto Fiora, Andrés Granier y José Escobar
respectivamente. Solidarias, inocentes e indefensas, serán víctimas
de los cadetes de un estado autoritario que no duda en hacer
desaparecer todo aquello que se interponga en su camino.
Por
otro lado, las damas del elenco integrado por Tamara Garzón Zanca,
en su rol de periodista, Maite Velo y Verónica López Olivera, los
policías, son las encargadas de darle el giro dramático a esta
historia.
Un
texto simple pero de gran profundidad de Juan Ignacio Fernández que
con la acertada dirección de Tatiana Santana nos remite a un pasado
ominoso, que vuelve a ser presente ante los hechos acontecidos en los
últimos tiempos.
Cabe
aclarar que esta pieza teatral no es oportunista, dado que la
desaparición de Santiago Maldonado se produjo durante los ensayos de
la obra. Lo que sí es, como todo arte, indisociable de los avatares
de la historia, existe una dinámica doble en la que la sociedad
influye en el arte al tiempo que ocurre el proceso en sentido
inverso.
Gracias
al teatro vemos nuestra historia revelada por un ojo valiente,
elegante y justo, pues nunca exagera, ni minimiza los
acontecimientos.
No
se pierdan esta joyita, quedan pocas funciones.
Ficha
técnico artística:
Autoría:
Juan Ignacio Fernández
Actúan:
Guido Botto Fiora, Jose Escobar, Tamara Garzón Zanca, Andres
Granier, Verónica López Olivera, Maite Velo
Vestuario:
Ana Nieves Ventura
Escenografía:
Nacho Riveros
Iluminación:
Nacho Riveros
Musicalización:
Tabaré Leyton, Tatiana Santana
Fotografía:
Agustina Luzniak
Diseño
gráfico: Juan Francisco Reato
Asistencia
de dirección: Julieta Varela
Coreografía:
Laura Figueiras
Dirección:
Tatiana Santana
Duración:
60 minutos
EL
CAMARÍN DE LAS MUSAS
Mario
Bravo 960 - Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos:
4862-0655
Web:
http://www.elcamarindelasmusas.com
Entrada:
$ 250,00 - Jueves - 20:30 hs - 02/11/2017 y 23/11/2017
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